Dentro del decálogo de consejos financieros que te dimos hace ya algún tiempo estaba una idea muy importante: muchas veces, cuando haces las cosas por ti mismo puedes ahorrar mucho dinero. Es cierto para un gran número de actividades, desde cocinar hasta el tema del que quiero hablarte hoy: decorar y arreglar tu casa. Por eso, aprender cómo ser un buen manitas es mi truco de ahorro nº75.
No lo puedes hacer todo…
Para empezar, una evidencia: es mejor que seas consciente desde el principio que no lo podrás hacer todo. Incluso, algunas cosas que parecen fáciles requieren un mínimo de experiencia y formación. Si no quieres provocar un problema mayor que el que intentabas solucionar, tienes que saber lo que haces. En temas eléctricos, de fontanería, o de instalación de gas, por citar algunos ejemplos, será mejor que cuentes con algún profesional, aunque solo sea para guiarte en el proceso. La idea de ser un manitas es para ahorrar, no para poner en riesgo tu seguridad.
… pero puedes hacer mucho
Dicho eso, el abanico de posibilidades para una persona sin muchos conocimientos de bricolaje es muy grande. Con poner un mínimo de interés por saber como se pueden hacer algunas reformas o arreglos te das cuenta muy rápido que se pueden hacer muchísimas cosas.
Hoy en día, es muy fácil conseguir herramientas y materiales de construcción, por ejemplo en una tienda online como Paratureforma.com o en Materialesdefabrica.com. Y por supuesto, tendrás profesionales para asesorarte tanto para la elección del producto como para su uso.
Obviamente, si quieres aprender cómo ser un buen manitas, no solo cuentas con el comercio electrónico. Puedes ir a muchas tiendas especializadas, como Leroy Merlin, Brico Depot, Bricomart, Bahaus, Bricor y muchas más que me dejo. En algunas de esas cadenas los vendedores conocen muy bien lo que tienen entre manos, y te pueden asesorar. Incluso organizan a veces talleres para sus clientes, para que puedas aprender alguna técnica.
Un pequeño ejemplo sobre cómo ser un buen manitas
Imaginemos que tienes un perro y quieres tenerle una casita de madera, para que vaya a juego con el estilo de tu jardín.
- Tienes muy fácil encontrar un tutorial en Internet para saber exactamente lo que necesitas y como lo puedes hacer.
- Una vez que has definido el tipo de madera que quieres y las medidas necesarias, puedes contar con el servicio de corte a medida para no tener que complicarte en hacerlo por tu cuenta.
- Ya con todos los elementos preparados, te tocará proteger la madera con alguna capa de exterior y juntar todas las piezas, con clavos, tornillos o pegamento, lo que más eficiente resulte.
Te sorprenderías viendo la diferencia de precio entre tu creación y algo similar ya construido que podrías encontrar en el mercado. Y es que además será algo que hayas hecho por tu cuenta, personalizado a tu gusto y que normalmente da mucha satisfacción personal preparar.
Empieza por pequeñas cosas y poco a poco podrás ser un buen manitas
Es cierto que muchas personas tienen la creencia de que el bricolaje es algo muy complicado y que no van a ser capaces de hacerlo. Pero te sorprenderías de lo rápido que se aprende y de lo sencillas que son algunas cosas. Puedes empezar con cosas más básicas, como pintar (aunque para hacerlo bien hace falta un mínimo de técnica), y de allí ir pasando a arreglos un poquito más complejos. Lo más probable es que te diviertas y tengas una experiencia agradable, a la vez que ahorrativa.
¿Cuanto se ahorra al hacer las cosas por tu cuenta?
Es muy variable, pero normalmente, y obviamente, el mayor ahorro se hace sobre la mano de obra. Pon una tarea como poner azulejos. Por lo general, en España la mano de obra te va a costar casi la mitad del coste total. El resto, es decir el material, no te lo vas a ahorrar, evidentemente. Pero suponiendo que hablemos de una obra de 2.000€, si aprendes cómo ser un buen manitas te puede costar solamente 1.200€, y eso es contando las herramientas que vayas a necesitar.
Cuando vas sumando pequeñas tareas, al final el ahorro total es más de significativo. Y como vas aprendiendo, te das cuenta que muchas cosas están a tu alcance, por lo que cada trabajo te enseña más trucos.
Eso sí, el tiempo lo tienes que dedicar. Cuando ya tienes un trabajo, dedicar los fines de semana a hacer trabajos en casa puede ser un incordio. El ahorro no lo es todo. Pero es bueno que tengas la opción de elegir contratar a alguien o hacer las cosas por tu cuenta.