Quizás te parezca una pregunta muy tonta, especialmente en estos años complicados en los cuales todo el mundo mira sus ahorros con una precisión del céntimo. Pero la verdad es que el tema de tener una cuenta bancaria olvidada es un caso más frecuente del que podrías imaginar. Hace algún tiempo, un artículo en Cinco Días indicaba que el Estado se había quedado con casi 90 millones de euros de cuentas inactivas en España en la última década. Porque en este país, cuando una cuenta se queda sin movimientos durante 20 años, su valor pasa a ser propiedad de la Hacienda Pública.
La preocupación de tener una cuenta abierta y olvidada no es únicamente por la posible pérdida de un pequeño capital. También puede tener consecuencias más graves. Por ejemplo, este año en España se obligó a todos los españoles y extranjeros residentes que declarasen todas sus cuentas bancarias de fuera, si el importe total superase cierta cantidad. En teoría, el no declarar una cuenta, aunque solo tuviese un saldo de 20€ podría conllevar una multa de varios miles de euros, si la persona tenía también otras cuentas por un valor superior a lo fijado como umbral de referencia.
¿Cómo puede ocurrir que una cuenta bancaria quede olvidada?
Hay varios motivos para que una cuenta quede olvidada por sus dueños:
- La más obvia es el caso de los fallecidos que bien no tenían herederos, bien no habían comentado a nadie que tenían esa cuenta.
- Otro caso muy habitual y del que puedo hablar con conocimientos de causa son las personas que han vivido en diferentes países. Es muy posible tener un saldo en una cuenta que se usa poco, y al cambiar de país olvidar cerrar esa posición.
- Pero también ocurre con gente que nunca ha dejado el país. Imagínate que tienes un banco secundario, que antes usabas para tener una alternativa al principal, o para invertir algunos ahorros. El tiempo pasa, sacas tus ahorros y dejas un pequeño saldo por si acaso. Como muchos bancos hoy en día ya no te mandan recibos, puede que te vayas olvidando de que lo tienes. Si un día te mudas, ya ni siquiera te llegará publicidad para hacerte recordarlo.
¿Qué puedes hacer?
Una buena organización de tus finanzas es la mejor forma de evitar estos contratiempos. Si registras en un archivo (Excel o papel) tus cuentas bancarias, entonces siempre tendrás una constancia de lo que tienes. Cuando decidas cerrar una, lo mencionas en tu archivo y así te aseguras de no olvidar nada en el futuro.
Pero si no lo has hecho, vas a tener que recurrir a tu memoria y a tus viejos papeles, en especial a esos extractos de banco que ojala todavía no hayas tirado. Si no te suena haber abierto una cuenta que ya no usas, lo más probable es que no la tengas, pero merece la pena hacer un pequeño esfuerzo, aunque sea para recuperar unos pocos euros.
Si ha pasado mucho tiempo y no te acuerdas, también puedes tomarte el tiempo de ir a cada banco y averiguarlo, empezando con los más grandes. Basta que vayas a hablar con la persona de caja. Le dices que no estás seguro de si tienes una cuenta bancaria olvidada en ese banco. Te pedirán el DNI y harán la comprobación.