Inversión e interés compuesto: aprovecha el crecimiento exponencial a largo plazo

inversión e interés compuestoSi quieres aumentar tu patrimonio, no puedes basar tu estrategia solamente en técnicas de ahorro de dinero para recortar gastos. Es importante invertir una parte de tus activos, para sacar una rentabilidad y aumentar tus ingresos. Hoy te quiero hablar de la importancia del interés compuesto en materia de inversión, especialmente cuando razonas a largo plazo. Te explicaré como funcionan esos intereses agregados, y como puedes usarlos en tu beneficio.

Como funciona una inversión con interés compuesto

¿Qué es el interés compuesto?

Cuando inviertes dinero, esperas un retorno, que se puede medir con un tipo de interés o una tasa de rentabilidad.

Por ejemplo, si inviertes 100.000 euros a un tipo de interés del 5% anual, obtendrás 5.000 euros de rentabilidad.

El interés compuesto consiste en reinvertir el capital y los intereses. Por lo tanto, se consigue una rentabilidad también sobre los intereses generados antes. Por eso se habla de interés agregado, o interés compuesto.

Volviendo al ejemplo anterior, si el segundo año vuelves a invertir los 105.000 euros al mismo tipo de interés del 5%, conseguirás 5.250 euros de rentabilidad. Los 250 euros son los intereses ganados sobre los intereses del año anterior.

El efecto exponencial de la inversión con interés compuesto

Ganar intereses sobre intereses puede parecer poco dinero, pero si se hace sobre grandes periodos de tiempo, se consigue un efecto exponencial. Al principio, hay muy poca diferencia con no reinvertir el interés con el capital. Pero si pasan muchos años, el efecto bola de nieve es imparable. En una inversión a largo plazo, el interés compuesto hace una diferencia enorme, y cada vez más significativa. Bueno, eso es la definición de exponencial.

Ejemplos de inversión con interés compuesto

Para que veas el impacto que tiene reinvertir los intereses junto al capital, te propongo que sigamos a dos inversores. Ambos sacan la misma rentabilidad a su patrimonio. Uno usa el interés compuesto, el otro no.

Digamos que son dos inversoras, Ana y María. Ambas van a invertir 5.000 euros al año, procedente de sus ahorros. Ana reinvierte los intereses obtenidos, mientras María los guarda en una cuenta aparte, por si acaso. Ambas consiguen una rentabilidad del 5%.

Esa es la evolución de sus patrimonios:

comparativa rentabilidad

Como puedes ver, no hay mucha diferencia al principio. Después de 10 años, Ana solamente tiene un 4% más que María. Pero esa ventaja crece a un 14% después de 20 años y a un 31% después de 30 años. Si seguimos así 50 años, el patrimonio de Ana casi duplica el de María.

Ahora hagamos otra hipótesis. Esta vez Ana y María reciben una herencia de 100.000 euros y la invierten con un 5% anual. No aportan nada más. De nuevo, Ana apuesta por la inversión con el interés compuesto, y María no.

Esa sería la evolución de sus patrimonios:

comparativa interés compuesto

En esa hipótesis, el efecto exponencial del interés compuesto se ve mucho más. Después de 10 años, Ana le saca un 9% de ventaja a María. A los 20 años la diferencia es del 33%, a partir de los 35 años ya duplica el patrimonio de María.

¿Por qué importa?

En mi opinión, los intereses compuestos son una herramienta que cualquier persona interesada en una buena gestión de sus finanzas personales debería conocer.

  • Si quieres aumentar tu patrimonio, sabes que puedes reinvertir el capital y los intereses para obtener un efecto multiplicador, que notarás sobre todo a largo plazo.
  • Cuanto antes inviertas, más te podrás aprovechar del efecto exponencial. Debería ser una motivación para ahorrar e invertir desde ya.
  • Lo que ocurre a tu favor con las inversiones también te puede perjudicar con los créditos. Las personas que caen en la espiral de la deuda muchas veces son víctimas de intereses compuestos. Acaban pagando intereses sobre créditos que han sacado para poder pagar los intereses de otros créditos. Evidentemente no es sostenible.

¿Quieres ver como funciona en la vida real?

El ejemplo del fondo soberano noruego

Los noruegos pensaron en el futuro

Noruega es un país poco poblado y con un nivel de vida alto. Tiene además la suerte de contar con algunas de las reservas de petróleo más importantes del planeta. La empresa que explota esa materia primera es pública, por lo que los beneficios de la venta de crudo van al Estado y al conjunto de los ciudadanos.

Pero, a diferencia de otros países con recursos naturales valiosos, los noruegos no se dedicaron a vivir de la renta petrolífera. Pensaron a largo plazo. Su idea fue sencilla: crear un fondo soberano donde invertir los beneficios de la explotación del petróleo. Así, en caso de necesidad, contarían con una hucha para el futuro.

La estrategia de reinvertir el capital y los intereses

Los noruegos aplicaron muy bien el concepto de intereses compuestos en su inversión a largo plazo. En cuanto metieron el dinero en el fondo, se dedicaron a sacarle el mayor provecho. Invirtieron inicialmente el capital procedente del petróleo, pero como mantuvieron invertido todo el dinero, de facto aplicaron la estrategia de reinvertir los intereses junto con el capital.

Según la entidad Norges Bank, el fondo, que busca la mayor rentabilidad a largo plazo dentro de un riesgo aceptable, ha conseguido lo siguiente:

  • Entre mayo de 1996 y finales de 2019 se han invertido en el fondo 3.389 miles de millones de coronas noruegas (aproximadamente 308 mil millones de euros), generando un retorno de 358 miles de millones de coronas (487 mil millones de euros).
  • Entre enero 1998 y diciembre de 2019, la rentabilidad media bruta ha sido de un 6,1% anual, y un 4,2% neta.
  • El fondo, creado en 1990, vale hoy en día aproximadamente un billón de euros, es decir dos a tres veces el PIB de Noruega. Dicho de otra forma, un poco menos de 200.000 euros por habitante.

Es un ejemplo de inversión con interés compuesto

Me imagino que, si estudiáramos los datos anuales del fondo desde 1990, podríamos determinar exactamente qué parte del dinero es producto del interés compuesto. Pero el ejemplo de Ana y María de antes nos permite hacer una estimación.

Voy a suponer un interés del 4,2% en un periodo de 29 años, con unos ingresos del petróleo constantes. En ese caso, Ana tendría un patrimonio un 21% superior al de María. En otras palabras, el interés compuesto contaría por un 17% del fondo soberano noruego. Unos 170 mil millones de euros, o algo más de 32.000 euros por cada ciudadano noruego.

Hablamos de una inversión prudente y por lo tanto una rentabilidad relativamente baja. Me parece un buen ejemplo concreto del poder del interés compuesto.

 

Ahora que ya lo sabes, ¡empieza a pensar en tu estrategia de inversión a largo plazo!

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