Si quieres conseguir tus objetivos financieros, lo más probable es que tengas que trabajar. Para convertirte en un profesional exitoso, vas a tener que dedicar tiempo y esfuerzos en mejorar tu perfil. Estoy hablando de invertir en uno mismo, mediante la formación o incluso las experiencias de trabajo. Me parece un tema destacable, y lo voy a desarrollar un poco en ese artículo. ¿Me acompañas?
Una frase interesante de Henry Ford sobre invertir en uno mismo
La verdad es que Henry Ford, pese a sus amistades peligrosas, tuvo un gran talento por los negocios. Nos ha dejado un gran número de frases de reflexión, cada cuál mejor que la anterior. Respecto a las finanzas personales y a la carrera profesional tuvo esa reflexión:
Los hombres mayores están siempre aconsejando a los jóvenes que ahorren. Es un mal consejo. No ahorres cada céntimo. Invierte en ti. Yo no ahorré ni un solo dólar hasta los cuarenta.
Me imagino la reacción de algún lector:
¿Cómo? ¿Me estás diciendo que no ahorre desde joven? ¿No me estabas diciendo que invirtiera lo antes posible para beneficiarme de los intereses agregados?
No veo incompatibilidad. Como la entiendo, la frase de Henry Ford no significa que no deberías ahorrar nada. Incluso si él cita su propio ejemplo. Simplemente dice que es un error ahorrarlo todo.
¿Qué significa invertir en uno mismo?
Cuidado. Aquí no estamos hablando de gastar en consumismo, sino de invertir en uno mismo. Evidentemente, no tendría ningún sentido estar ahorrando cada euro. Sería una estrategia muy cortoplacista, y a medio plazo seguirías en la misma situación. Quizás tuvieras un empleo estable y unos ahorros crecientes, pero te quedarías en un crecimiento muy lineal, sin oportunidad de dar un salto cuantitativo importante.
Invertir en formación: dos opciones
Yo entiendo que invertir en uno mismo en realidad suele ser formarse. Una persona cualificada no tiene miedo a quedarse sin dinero o sin empleo, porque sabe que siempre encontrará un lugar. En este caso no estamos hablando de especializarte, sino más bien de adquirir conocimientos en muchos campos.
Para aprender, hay dos grandes métodos: la formación académica y la formación por la experiencia. Ambos se completan y se potencian. El conocimiento teórico sirve de poco sin la experiencia práctica, y la experiencia sin formación aunque es posible, es un proceso lento e incompleto. El formalismo académico en muchos casos acelera el aprendizaje.
Invertir en experiencias
He centrado este artículo en la temática del perfil profesional, pero cuando se habla de invertir en uno mismo, el tema es más amplio. En particular, es muy interesante tomar en cuenta el tema de las experiencias.
Considero que viajar es una de las formas más provechosas de invertir en ti mismo fuera del tema profesional. La apertura de mente que te puede proporcionar incluso puede ayudarte en tu vida laboral. Pero no suele ser el propósito. Y lo mismo ocurre con otras experiencias, los hobbies, la cultura, etc.
Concretamente, ¿cómo puedes invertir en ti mismo?
Si trabajas en un sector y tienes pensado seguir tu carrera en él, puedes aprovechar todas las oportunidades para dominar un máximo de aspectos.
Cuando eres empleado
- Leer la prensa especializada te mantendrá informado de las últimas noticias relevantes.
- Aprovechar charlas informales con colegas te permite entender lo que hacen y los procesos de la empresa.
- Ofrecerte voluntario para proyectos transversales, es decir, que involucran todos los departamentos, es otra forma de aprender más.
- Si aspiras a un ascenso, puedes informarte todo lo posible del perfil que se necesita y formarte por tu cuenta. Por ejemplo con cursos a distancia o masters el fin de semana podrás completar tus conocimientos.
- Evidentemente, deberías aprovechar cualquier oportunidad que te brinda la empresa para aprender Infórmate sobre formaciones en idiomas y otras.
Cuando eres emprendedor
Si quieres montar un negocio en un sector que no conoces lo suficiente, puedes buscar un empleo, aunque sea de poca responsabilidad, para entender desde dentro como funcionan las cosas.
Si quieres triunfar en los negocios, tienes que estar dispuesto a probar distintos conceptos. Puede que no te salga bien con la primera idea que tengas. Pero si no funciona y eres lo suficientemente prudente para no arriesgarte a perderlo todo en un primer intento, tendrás otras posibilidades. Un proyecto que fracasa es una gran oportunidad para entender como mejorar, es decir, una forma de invertir en ti formándote, aunque en este caso sea por las malas.
¿Y el desarrollo personal?
Otro aspecto que puede ser útil es aprender a conocerse mejor, o lo que llaman el desarrollo personal. En resumidas cuentas se trata de entender como funcionas. Así sabrás como puedes aprovechar tus cualidades y minimizar tus defectos. Normalmente se consigue haciendo un trabajo de fondo sobre el conocimiento de tus propias emociones.
Invertir en uno mismo significa no quedarse parado
Puede que hayas conseguido un trabajo que te gusta lo suficiente, que tiene unos ingresos que a ti te bastan y una buena estabilidad laboral. En este momento podrías pensar que lo que tienes es suficiente, y que podrías dejar de pensar en invertir en ti.
Sin embargo, es algo peligroso. A los 35 años quizás no notes tanto el riesgo, pero si cuando tengas 50 sigues en el mismo puesto y sin haber realmente aprendido nada nuevo, estarás a merced de cualquier cambio.
En un mundo tan incierto como el actual, hasta los funcionarios no tienen garantizados un sueldo digno de por vida. Puede que tengan un puesto seguro, pero la Historia reciente muestra que su poder adquisitivo podría mermar seriamente. La única forma de poder sobrellevar momentos difíciles es seguir invirtiendo en ti, de la forma que sea.