¿Es mejor pagar por tarjeta o en efectivo para ahorrar?

En este artículo, quiero comparar los dos métodos de pago más habituales para las compras cotidianas: el efectivo y las tarjetas bancarias, pero únicamente desde el punto de vista del ahorro. Es decir, analizar las ventajas e inconvenientes de ambas formas de pago respecto a un objetivo de ahorro a largo plazo (es decir, gastar menos). Esas son mis conclusiones.

¿Se ahorra más cuando se paga en efectivo?

  • Una ventaja que mencionan muchas personas respecto al efectivo es que como la cantidad que llevas en la cartera es limitada, no puedes gastarte más de lo que tienes y por lo tanto evitas tentaciones y ahorras. Eso es probablemente cierto si la persona que usa esa técnica siempre se deja la tarjeta de crédito en casa. Sino, lo más normal es que retires más efectivo de un cajero en cuanto te quedes sin billetes.
  • Si pagas siempre con efectivo y ni siquiera tienes una tarjeta bancaria, no pagas los gastos y comisiones asociados a las tarjetas. Muchas personas consiguen una tarjeta gratuita domiciliando la nómina, pero lo cierto es que en condiciones normales no suelen ser gratuitas.
  • Aunque el uso de tarjetas de créditos se ha generalizado, para pequeños importes muchos comercios no aceptan este modo de pago, por las altas comisiones que implica. Por lo tanto, algunas pequeñas compras ahorrativas solo se pueden hacer con metálico.
  • Cuando hablamos de grandes cantidades,  pagar en efectivo está prohibido por ley (por importes superiores a los 2.500€), por lo que para compras grandes, no te puedes plantear si el efectivo permite ahorrar.

¿O quizás se ahorra más usando una tarjeta bancaria?

  • El efectivo tiene otra gran limitación: el comercio electrónico. Normalmente, si quieres comprar online, necesitas una tarjeta de crédito. Muchas páginas te permiten pagar también con servicios como PayPal, pero no todos, y de todas formas usar PayPal no es pagar en metálico. Y las compras online permiten comparar y conseguir mejores precios.
  • Cuando quieres hacer un seguimiento de tus compras, es mucho más fácil hacerlo con un extracto de los pagos de tu cuenta bancaria que apuntando recibos de papeles por pago en efectivo (suponiendo que siempre pides un ticket). Insisto sobre el seguimiento de las compras, porque un mejor conocimiento de cómo te gastas el dinero es una excelente forma de ahorrar a medio plazo, ya que vas cambiando tus hábitos cuando te das cuenta del dinero que gastas en una u otra cosa.
  • La comodidad de las tarjetas tiene sin embargo dos riesgos que van en contra del ahorro. Por un lado, puedes ir comprando sin esfuerzo, y por lo tanto es más probable ceder a compras impulsivas, que van totalmente en contra del ahorro. Por otro lado, si usas una tarjeta de crédito, puedes ir endeudándote, a un coste en intereses normalmente bastante alto, lo que también va totalmente en contra de tu objetivo de ahorro.

¿Entonces, qué es mejor?

Como muchas veces la respuesta es: depende. ¿De qué? De tu autocontrol y de tu sentido común. Si no haces compras compulsivas y gestionas correctamente tus finanzas personales, usar una tarjeta bancaria es una gran herramienta, porque te permite seguir tu presupuesto con mayor facilidad, y acceder a compras online que pueden ser baratas. Si tienes miedo a las compras compulsivas, mejor dejas la tarjeta en casa y sales con el dinero justo en el bolsillo para hacer frente a las compras que tienes previstas.

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