Si me fío de los artículos que leo, parece que mentir en el currículum se ha convertido en una práctica muy habitual. En general, no es algo aconsejable, ya que las consecuencias pueden ser bastante serias. Pero, ¿de qué definición de la mentira estamos hablando? Vamos a hablar de matices, de cosas que son recomendables, otras menos éticas y las que francamente no deberías nunca considerar.
Mentir por omisión
Una cosa es ser honesto, y otra muy distinta es que la honestidad brutal te cierre oportunidades laborales. No incluir en tu currículum una experiencia laboral que no encaja nada en tu recorrido profesional, o no decir que te echaron porque tu jefe anterior consideraba que eras poco productivo son mentiras por omisión totalmente lógicas.
Incluso entendería a una persona que haya estado en la cárcel y no diga nada al respecto. Me parece un tema privado, y se supone que quien cumplió su condena tiene los mismos derechos que cualquier otra persona. Eso sí, no decirlo es una cosa, pero si piden antecedentes penales, ya no se puede mentir.
Un poquito de diseño creativo
Cuando vas a una entrevista de trabajo, te viste de una manera más elegante de lo habitual. Hay quien podría considerar eso una mentira, ya que no estás mostrando tu imagen real. Pero, obviamente, no estamos hablando de una verdadera mentira sino más bien de cumplir unos códigos de presentación. Lo mismo pasa con tu currículum. Es muy recomendable elaborarlo en función de la empresa y del puesto de trabajo. Puedes desarrollar más los capítulos de tu experiencia profesional que encajan con la oferta, y poner menos énfasis en otras partes menos relevantes para el puesto.
En el mismo orden de ideas, está el formato del currículum. La mayoría de las veces es cronológico. Pero quizás tengas unos periodos de paro que se vean un poco feos, como cicatrices en la cara de tu hoja de vida. No hay nada malo en poner un poco de base de maquillaje para que se note menos. Por ejemplo, puedes hacer desaparecer un desempleo de varios meses si solo pones el año de cada experiencia profesional en lugar de indicar también el mes. No estás mintiendo. O si aprovechaste el tiempo de desempleo para estudiar algo, puedes meterlo, así no hay un hueco, siempre estuviste activo. Incluso se puede cambiar de un formato cronológico a otras formas de agrupar las experiencias (por ejemplo por tipos de puestos). De esa forma quien lea el currículum no nota tanto los periodos de desempleo.
Prácticas poco éticas pero posibles
Hasta ahora, no estábamos hablando realmente de mentir en el currículum, sino más bien de presentar las cosas de una forma favorable, omitiendo información u organizando los datos de una manera que muestra los mejores aspectos posibles. Pero muchas personas van más allá de eso.
Una práctica muy habitual es la exageración. Es decir, pretender tener experiencias en tareas y funciones cuando no es el caso. Es un poco peligroso, porque como dicen “la mentira tiene las patitas muy cortas”, y si finalmente te contratan y no sabes hacer lo que decías saber hacer, entonces podrían despedirte por haber mentido. Si vas a exagerar tus habilidades y tus conocimientos, aplica este principio que escuché una vez de un compañero de trabajo: “solo miente si de verdad eres capaz de hacer lo que pones en el currículum”. Por ejemplo, si en un trabajo anterior veías como un compañero hacía algunas tareas, las entendías y te sentías plenamente capaz de hacerlas, entonces no te arriesgarías mucho en incluirlas en tu currículum.
Como ves, eso no es muy ético, pero si de verdad luego puedes hacerlo cuando te lo pida la empresa que te contrata, tampoco supondrá un problema para nadie. Aun así, siempre queda la duda de realmente ser capaz de hacer algo que nunca hiciste.
Las mentiras que nunca deberías decir
Siguiendo lo del párrafo anterior, es evidente que no deberías nunca exagerar tus habilidades y tus conocimientos si luego serás incapaz de cumplir las expectativas de la empresa. Mentir en el currículum o en una entrevista de trabajo puede llevar a un despido procedente. Se entiende que en toda relación laboral hay una parte de confianza, y si se rompe esa confianza desde el inicio con una mentira, entonces la relación es imposible.
Peor aún es el caso de las personas que se inventan títulos. Y aquí, de nuevo hay grados. Si dices tener un título y no lo tienes, además del despido procedente la empresa te podría reclamar una compensación por las pérdidas provocadas por tu mentira. Si pretendes ser ingeniero y no lo eres, es posible que en tu trabajo seas ineficiente, o provoques problemas a la empresa, y todo eso tiene un coste.
Luego están los que incurren en un delito de intrusismo laboral. Si dices que tienes un título de administración de empresas para un puesto de director financiero y no es verdad, no te van a acusar de intrusismo. Pero si pretendes ser abogado, o médico, o muchas de las profesiones reglamentadas, las consecuencias pueden ser muy graves.
Finalmente están las personas que van tan lejos en su mentira que cometen el delito de falsedad documental, presentando un título falso. Nuevamente, hay consecuencias penales.
En resumen, te desaconsejo mentir en el currículum. Lo que tienes que hacer es presentar la verdad de la forma más favorable posible.