Tengo derecho a cobrar el paro porque lo he pagado

tengo derecho a cobrar el pago porque lo he pagadoCreo que hay muchas personas que no entienden como funciona una economía basada en la solidaridad. A menudo, escucho la frase “tengo derecho a cobrar el paro porque lo he pagado”. Pero no es verdad, o al menos el planteamiento no toma en cuenta la naturaleza misma del sistema redistributivo. Vamos a hablar del derecho al paro y de como se podría mejorar la herramienta.

Todo empezó por una polémica

La primera vez que escribí este artículo fue a raíz de una polémica en Twitter. Todo empezó con las declaraciones de un vicepresidente de la CEOE, José Luis Feito. Hablaba sobre la negativa a moverse de zona por parte de las personas en paro. En particular, hacía la siguientes afirmación:

“La estructura del subsidio del paro en España está configurada desde hace tiempo como una especie de renta que induce al trabajador a no buscar empleo hasta que desgraciadamente es tarde”.

Tengo derecho al paro porque lo he pagado

Esta frase me ha hecho pensar inmediatamente en otra que escuché más de una vez por parte de personas en desempleo: “tengo derecho al paro porque lo he pagado”.  En efecto, mucha gente ve la prestación por desempleo como una renta, un dividendo de una inversión que hicieron mientras trabajaban y cotizaban.

En otras palabras, piensan que cuando están en el paro solamente están cobrando lo que cotizaron antes. Como si hubiesen apartado un dinero gestionado por el estado. Como si fuera un sistema de capitalización.  Es un error grave.

Como funciona un sistema de reparto

En realidad, en España y en la mayoría de los países europeos se diseñaron sistemas de protección social por reparto. Eso significa que los que trabajan hoy pagan para los que están jubilados o en desempleo. En ningún caso el sistema está individualizado, ni capitalizado.

Los reglamentos varios y diversos cálculos para determinar a cuanto tiene derecho una persona solo guardan una vaga relación con lo que esta persona pagó.

En el caso de las pensiones, ya hemos explicado que se trata de una solidaridad entre generaciones. Los que pagan hoy las pensiones de los jubilados tienen que confiar que las generaciones siguientes pagarán por ellos. Algo que no es nada seguro si nos fijamos en la evolución demográfica y en la evolución de la productividad.

En el caso del paro, los que pagan la cotización son los trabajadores actuales. Por lo tanto, lo que reciben la prestación cobran mucho más de lo que pagaron. Y eso sin contar que parte del dinero de la cotización tiene que ir a financiar la estructura administrativa.

No critico el aspecto solidario del mecanismo. Solo me parece que hay mucho desconocimiento sobre como funciona. Para que una persona en paro pueda cobrar la prestación, se necesita que haya otras 8 o 10 cotizando. Algo similar sucede con las pensiones, aunque el ratio es mucho menor.

No olvidemos el objetivo de la prestación por desempleo

Si dejamos creer a los parados que están cobrando algo que se ganaron, nos equivocamos y erramos en el objetivo. El objetivo de la prestación es permitir una transición menos dolorosa entre dos puestos de trabajo. Si tengo derecho a paro, el subsidio está para permitirme vivir y pagar las facturas mientras encuentro otro trabajo. Y por el bien de la sociedad y del dinero público, que es de todos, es importante que esa transición sea lo más rápida posible.

Transmitir el mensaje de que una persona tiene derecho a 2 años de paro porque se lo ha ganado es engañoso. Además puede causar un grave daño a la economía, porque incita a tomarse las cosas con calma y a esperar a ver que pasa.

Propuesta de cambio en la prestación

Quizás una solución podría ser repartir de otra forma la prestación. En lugar de un importe fijo de 1.000€ durante 24 meses se podría distribuir los 24.000€ de subvención de forma decreciente: 1.600€ durante 3 meses, 1.300€ durante los 3 siguientes, 1.100€ durante los 6 siguientes y 725€ durante el último año.

El total no cambiaría, la bajada de nivel de vida al perder el trabajo al inicio sería menor, y el propio diseño del sistema motivaría mucho más a las personas a encontrar algo rápido.

De hecho, cuando se reformó el sistema se integró ese factor de reducción paulatina, aunque se hizo más por ahorrar que por incentivar la búsqueda.

¡Cuidado! En ningún momento quiero dejar entender que una persona en desempleo no hace todo lo posible para encontrar un nuevo trabajo. Solo digo que el diseño del sistema no favorece la búsqueda activa e inmediata.

La posibilidad de cobrar todo el paro de golpe para montar una empresa (el llamado pago único) es una idea similar a la que acabo de explicar. El Estado valora en este caso que es mejor pagar de una vez todo lo que queda de prestación. Permite la creación de un autoempleo , en lugar de ir pagando a alguien sin generar empleo.

De “tengo derecho a paro” a la búsqueda activa

Lo que comento es importante, pero reconozco que en gran medida es teórico. Porque la administración no está diseñada para hacer un sistema de ayuda al empleo más eficiente. En estos momentos, el esfuerzo se centra en gestionar las prestaciones más que otra cosa. No se ofrece un servicio real de ofertas de trabajo, ni un verdadero seguimiento caso por caso. Eso sin hablar del dinero que se gasta en formaciones sin tener un real control sobre su utilidad para ayudar a la gente a conseguir trabajo.

Pero merecería la pena rediseñar la organización. Para que no sea solo un sistema para pagar el seguro. Con programas y profesionales que encuentren oportunidades de trabajo y faciliten a la gente volver al mercado laboral. En otras palabras, pasar de “tengo derecho a paro” a una búsqueda activa de empleo, con la ayuda y el control de los servicios públicos.

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