Maneras legales pero poco éticas de aumentar los ingresos

ganar dinero poco éticasLa ética es un tema muy subjetivo. Para algunas personas ciertas acciones son perfectamente aceptables, mientras para otras, esas mismas acciones son moralmente reprobables. A menudo, las cosas poco éticas también son ilegales, aunque no siempre es el caso. Me ha parecido interesante listar algunas de las formas de aumentar los ingresos que son poco éticas, pero legales, o al menos se aprovechan de un vacío legal. Evidentemente, este artículo es meramente informativo, y de ninguna manera recomiendo ganar dinero con esas estrategias.

Cobrar comisiones de negocios poco éticos

Si eres un lector habitual del blog, sabrás lo que opino sobre la lotería o las apuestas. Me parecen actividades poco éticas, y, pese a recibir muchas peticiones de artículos patrocinados para casinos y similares, no las acepto, simplemente porque no encajan con mi forma de ver la educación financiera y gestión de la economía personal. Si tienes un blog, un canal Youtube o cualquier otra plataforma, una manera legal pero poco ética de ganar dinero es aceptar colaborar por negocios que operan en la “zona gris”.

Ganar dinero donando óvulos o semen

Hace tiempo hice un artículo detallado sobre el tema. En España, legalmente una persona no se puede lucrar vendiendo su semen o sus óvulos. Sin embargo, como existe una demanda para la medicina reproductiva, las clínicas dan una compensación económica, que en realidad es prácticamente lo mismo que una remuneración. Como todo lo que tiene que ver con la ética, depende del punto de vista. Uno puede pensar que está ayudando a otras personas, y que tiene libertad de hacer lo que quiere con su cuerpo. Otras personas pueden temer que donar óvulos sea una forma de explotación económica de las mujeres más vulnerables, con implicaciones sobre su salud.

Vender productos o servicios sin base científica

En esta categoría están las personas que ganan dinero gracias a la astrología, la videncia, y otras muchas más disciplinas esotéricas. Que haya muchas personas que crean en esas cosas no las convierte en ciertas. Son cosas sin ninguna base científica, cuya ética es, por lo menos dudosa. Sin embargo, son perfectamente legales.

Dentro de esa categoría yo añadiría un tema tan controvertido como la homeopatía, una pseudociencia que lleva 200 años sin tener resultados contrastados, pero que goza de un gran reconocimiento por parte de la población, incluso dentro de parte de los profesionales de salud.

Ganar dinero con la especulación

Una de las formas más rápidas de ganar dinero, pero también de las más arriesgadas, es comprando algún tipo de activo con la esperanza de que se revalorice, generalmente a corto plazo. Se puede hacer en el sector inmobiliario, con criptomonedas, o con cualquier otro tipo de activos. Allí el problema ético es cuando la persona que opera no aporta ningún tipo de valor, y solo procura aprovecharse de una tendencia alcista.

Aquí quiero diferenciar entre la inversión y la especulación. Una persona que compra acciones a largo plazo está entrando en el capital de una empresa, es decir financiándola, y a cambio recibe una remuneración, mediante dividendos, recompra de acciones o simplemente la revalorización de la cotización. Sin embargo, una persona que compra y vende las acciones a muy corto plazo no aporta nada a la empresa, solo busca sacar un beneficio inmediato. No le interesa estudiar el negocio ni las cuentas de la empresa. Solo quiere una plusvalía rápida.

Pero la especulación no siempre se produce a corto plazo. Una persona que compra un bien inmobiliario, y lo mantiene vacío durante años, esperando solamente a que se revalorice, también está especulando sin aportar valor. Otra cosa es que mientras tenga el activo en propiedad lo ponga en alquiler. En ese último caso no es especulación.

Aprovechar vacíos legales

A medida que aparecen nuevas tecnologías y formas de consumir, suele ocurrir que la legislación tarde en adaptarse. Por ejemplo, cuando aparecieron servicios como Uber o Airbnb, al principio no había ninguna ley que prohibiese específicamente las actividades que promovían. Pero luego se ajustaron las normativas. Ahora, en la mayoría de las ciudades españolas la actividad de Cabify y otras empresas similares está muy delimitada. Y lo mismo pasa con los alquileres turísticos publicitados en Airbnb, que suelen requerir una licencia oficial otorgada por la Comunidad Autónoma, además de las normativas municipales.

Otros vacíos legales siguen sin resolverse, como es el caso de la reventa de entradas por Internet, que, a fecha de publicación de este artículo, solo dispone de una legislación específica en Galicia. En otras regiones de España muchas personas pueden aprovecharse de esa “zona gris”.

 

Por supuesto, hay muchas formas poco éticas de ganar dinero u aumentar los ingresos que no he citado en el artículo, como aprovechar ventajas fiscales específicas o usar dudosas estrategias de marketing. Pero mi idea era reflexionar sobre la subjetividad de la ética respecto a las fuentes de ingresos. ¿Qué opinas tú? ¡Cuéntamelo en los comentarios!

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