Razón, emoción y dinero

Hoy vuelvo a hablar de un tema clásico: las estafas online. Ya sabes, aquellas páginas que te prometen unos ingresos mensuales impresionantes gracias a un secreto que curiosamente se pone a disposición de todos. Justo ayer me he topado con un nuevo ejemplo, y he pensado que sería interesante reflexionar sobre razón, emoción y dinero, ya que si nos basáramos solo en la lógica, no existirían ni esos fraudes ni las loterías.

Otro fraude más

Estaba revisando algunos correos en Yahoo! cuando de repente me salió un anuncio que hablaba de copywriting. Resulta que es una temática que me interesa así que, muy en contra de mi costumbre, le di al enlace. Pero no me llevó a un artículo sobre copywriting, sino a un artículo falso que intentaba hacerse pasar por el periódico El Mundo, de una manera muy burda. El contenido del artículo era de risa. Contaban que durante el programa de El Hormiguero, Juan Roig (presidente de Mercadona) le habría contado a Pablo Motos como había encontrado una nueva forma de hacer dinero rápido. Y luego seguía con como supuestamente los periodistas de El Mundo habían investigado y era verdad, se ganaba mucho dinero, etc. Era tan exagerado y tan burdo que se notaba a la legua que era mentira.

¿Por qué lo hacen?

Ni un segundo te puedes creer que uno de los multimillonarios más importantes de España va a contar las maravillas de un sistema que permitiría ganar varias decenas de miles de euros al mes y que cualquiera puede hacer. Pero claro, enseguida me llegó la duda: ¿habrá gente que se crea eso? ¿Habrá gente que no nota que el dominio de la página no es elmundo.es, que el diseño de la web no se parece en nada a la versión digital del periódico? ¿Habrá gente tan inocente?

La página fraudulenta tiene un contenido muy extenso. La persona que ha creado el artículo falso le ha dedicado tiempo. Además, el dominio de la web está registrado en Panamá, un país conocido por ser un paraíso fiscal. La trampa es burda, pero detrás hay medios. Por lo tanto tengo que suponer que sí, que hay gente que pica. Supongo que será una cosa de probabilidades, igual que el famoso timo africano por correo electrónico.

Cuando nos engañan nuestras emociones

Las pocas personas que caigan en esas trampas quizás nos den un poco de lástima, pero en realidad somos muchos los que alguna vez hemos hecho algo parecido. Comprar lotería no tiene nada de razonable. Las probabilidades de ganar realmente algo son escasas, y sin embargo, muchos lo hemos hecho al menos una vez.

Porque no somos racionales. Nuestras emociones nos influyen. Puede ser la ilusión, puede ser la avaricia, o quizás incluso la desesperación. Quizás pensemos que somos especiales, que a nosotros sí que nos va a ir bien, y eso al pesar de toda la información disponible para pensar lo contrario. Y hay muchas personas que se aprovechan de esa discrepancia entre la razón y la emoción. El miedo es otro factor poderoso, en este caso para la lotería de Navidad. El porcentaje de gente que compra un número por miedo a que le toque a sus compañeros de trabajo, peña, bar, etc es altísimo. Compran tranquilidad.

Como no caer en esas trampas

En el caso de los chollos, hay que siempre recordar que cuando parece que es demasiado bueno para ser cierto, probablemente no es cierto. Y en el caso de las loterías, basta con mirar fríamente las estadísticas. Una posibilidad entre 100.000 que te toque el Gordo de Navidad. Eso no es nada. No te va a tocar. Ten en cuenta que una de cada 40.000 personas en España muere de un accidente de tráfico cada año. Así que si tienes miedo a que a los demás les toque el premio y a ti no, puedes estar más tranquilo, hay cosas mucho peores y mucho más probables. Si les toca a los demás (que no va a pasar), les felicitas y ya está. Tu vida no habrá cambiado.

Hago un paréntesis. Es curioso como tenemos miedo a parecer tonto por no haber comprado un número ganador pero no tenemos miedo a hacer la tontería de gastarnos dinero cada año en algo totalmente improbable. Los españoles se gastan de media 60€ al año en la lotería de Navidad. Muchos no la compran, así que seguro que más de uno se gasta más de 100€ anuales. Al cabo de 50 años seguirá sin haber ganado el gordo y habrá gastado 5.000€, de los cuales habrá recuperado quizás un tercio, la táctica del sistema para mantenerle en la creencia de que puede ganar. ¿Eso es de listo?

Para no caer en la trampa hay que conocerse y entender las emociones propias. Si entiendes tu miedo podrás rechazarlo. Si identificas tu ilusión, podrás desinflarla. Porque no te aconsejan bien, te hacen gastar dinero en algo inútil. Las emociones son una parte genial y fundamental de nuestra personalidad, pero mezclarlas con los temas económicos es un error.

¿Y tú? ¿Alguna vez perdiste la batalla entre razón y emociones respecto a un tema de dinero? Puedes contarlo en la sección de comentarios.

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