Los 7 pecados capitales de las finanzas personales

7 pecados capitales finanzas personales

Ser un poco más rico no es complicado, al menos no en teoría. Basta con saber gastar menos, y si no es suficiente, con aprender a ganar algo de dinero extra. Pero no somos seres totalmente racionales, y tenemos que enfrentarnos a nuestras emociones y predisposiciones. Hablemos de los que serían los 7 pecados capitales para una persona que busca mejorar sus finanzas personales.

Lujuria (o soñar despierto)

No hace falta pensar en sexo. En la economía personal, el primero de los 7 pecados capitales es soñar en lugar de tomar acción. Fantasear sobre lo que harías con más dinero, sobre lo que te podrías comprar, e imaginarte rico es una forma de lujuria. No pierdas el tiempo soñando lo agradable que sería tener más dinero. Eso déjalo para los que malgastan su dinero jugando al Euromillón, y toma medidas para reducir tus gastos o aumentar tus ingresos. Desde ya.

Gula (arriesgar demasiado)

Es lo que ocurre cuando quieres conseguir las cosas con demasiadas prisas. Esas ansias de triunfo te pueden llevar a arriesgarte demasiado, por ejemplo optando por inversiones con una alta rentabilidad (es decir un alto riesgo), o poniendo una parte demasiado grande de tu ahorro personal en invertir con un apalancamiento fuerte. La gula es quererlo todo demasiado rápido. Si quieres mejorar tus finanzas personales, es un trabajo de fondo, una maratón, y no te conviene probar atajos sino podrías tener muchos problemas.

Avaricia: uno de los 7 pecados capitales

El dinero no lo es todo en la vida. Pasarte con el ahorro, pensar únicamente en cual va a ser tu próxima jugada para sacar algo de beneficio no te va a hacer más feliz. Hablando de economía personal, la avaricia quizás sea el peor de los 7 pecados capitales, porque te desvía de lo importante de la vida. Hay un dicho muy gráfico en español, y si alguien alguna vez te dice que “vas a ser el más rico del cementerio“, pregúntate si realmente estás siendo austero o si has cruzado la delgada linea roja.

Pereza (procrastinar)

Dejar para mañana las decisiones que podría haber tomado hoy para mejorar tu economía (especialmente recortar gastos o buscar un nuevo trabajo), o dedicarte a hacer solo la parte que te gusta de las cosas difíciles, son riesgos importantes. También es una forma de pereza pensar que podrás pagar mañana lo que no puedes hoy y recurrir al crédito. Lujuría y pereza suelen ir de la mano en esto de los pecados financieros. Mala noticia: si no eres el heredero de una familia muy rica tendrás que trabajar si quieres conseguir la libertad financiera.

Ira (decisiones apresuradas)

Enfadarse suele ser la respuesta emocional a la frustración de no obtener lo deseado en un momento dado. Pero alterarse no sirve absolutamente para nada. Mejor relájate, analiza lo que has hecho mal y corrige. La ira es muy mala consejera siempre, y sus efectos en el trabajo o los negocios pueden ser devastadores. Aprende a no mezclar tus emociones con las decisiones financieras. Somos seres emocionales, y tomamos decisiones creyendo ser racionales cuando en muchos casos no es cierto. Análizate y aprende a conocerte mejor.

Envidia (postureo)

La envidia y la necesidad de mostrar a los demás una imagen de triunfo social llevan a verdaderas catástrofes en las finanzas personales. Céntrate en ti, en quien eres y en quien quieres ser. Define tus objetivos de vida y olvídate de lo que puedan pensar de ti los demás. Si tu vecino tiene un mejor coche y tú no te lo puedes permitir sin endeudarte, se paciente y ahorra. Vive conforme a tus posibilidades. El estatus social basado en el gasto es una falacia.

Soberbia (exceso de confianza)

Nunca creas que tienes la razón en todo. Los buenos resultados que hayas podido conseguir hasta ahora no implican que los vayas a obtener en el futuro. Una cosa es la confianza en ti mismo (imprescindible) y otra muy distinta la soberbia. Escucha la opinión de los demás y aprende. Ser humilde a menudo te puede salvar de una decisión muy equivocada. Recuerda que el orgullo precede a la caída. Igual que la ira, la soberbia te puede nublar el juicio.

 * * *

Estos son los 7 pecados capitales para el ahorrador que busca mejorar su situación financiera personal. Sin duda hay más peligros, pero si consigues mantener a raya estas tentaciones, tienes muchas probabilidades de conseguir tus objetivos económicos.

¿Y tú? ¿Hay algún pecado capital que piensas que debería estar en la lista? No dudes en compartir tus opiniones.

Si te ha gustado el artículo, puedes abonarte a mi fuente RSS. También puedes seguirme en Twitter aquí.

Artículos relacionados:

3 comentarios en «Los 7 pecados capitales de las finanzas personales»

  1. Muy buen aporte. Saber administrar con eficacia nuestras finanzas personales es fundamental para transitar sin mayores inconvenientes períodos difíciles como el que se vive en la actualidad. Muchas gracias por compartir la entrada.

    Responder
  2. Lo de la Soberbia para proceder en el futuro es tan cierto, con los años y a base de golpes he aprendido que si tienes poco o mucho lo mejor que puedes hacer es administrarlo bien, se trate de dinero o de cualquier otra cosa,….definitivamente la humildad es la mejor forma de proceder en la vida, gracias por incluir ese conocido y sabio proverbio bíblico, saludos!

    Responder

Deja un comentario


*

(Spamcheck Enabled)